Comparación y análisis entre las películas:::

La vida soñada de los ángeles (Erick Zonca)
Días de Santiago (Josué Méndez)

Una relación de amigas y un militar fuera de servicio, aparentemente, no guardan ninguna relación y más aún si cada uno proviene de países totalmente distintos, pero el cine y dos buenos directores hacen que esto no sea cierto. Tanto Zonca con “La Vida Soñada de los Ángeles” y Méndez con “Días de Santiago”, nos presentan realidades en las cuales los miedos y las ansias de seguir adelante en la vida, se ven atrapados en las dificultades de una nación, dificultades políticas, económicas y sociales. Ambas historias nos presentan a personajes complejos, caóticos y difusos que tratan de ordenar sus propios mundos queriendo pertenecer a una sociedad que los ha rechazado.

La Vida Soñada de los Ángeles se adentra en la relación de dos amigas, Isa y Marie, que se conocen en el trabajo, y poco a poco van entablando una amistad que las lleva a convivir. Convivencia, que en un principio, se vuelve casi ideal, en dónde ambas congenian de una manera casi perfecta, dotando al film de frescura, naturalidad y cotidianeidad a la cuál estamos acostumbrados, pero que se irá viendo afectada por los problemas, fragilidades, sueños e ilusiones que cada una tiene respecto a su vida, convirtiendo al film más complejo, sensible y lleno de emociones que son fácilmente palpables para el espectador. Es así que Zonca nos plasma una realidad dura de Francia, en la que vivir se vuelve una lucha constante.

Por otro lado, Días de Santiago de Josué Méndez, nos muestra la misma esencia. Esos miedos y esa increíble fragilidad que tiene el ser humano para observar la vida y tratar de mantenerse en ella. Esta vez, Días de Santiago, nos presenta una realidad más cercana a nosotros, la peruana, en dónde un joven excombatiente de la marina trata de adaptarse a una vida de civil, que le resulta agobiante y frustrante. En dónde las añoranzas del pasado y su intento por encerrar su lado más violento y animal, no lo dejan continuar en una Lima apática, que olvidó aquellos que lucharon por el país. Sin un final concreto, Méndez nos recrea toda esa sensación de angustia, coraje e incluso de remordimiento por nuestra indiferencia a soldados como Santiago.

Si bien ambas películas cuentan con esencias casi iguales, su tratamiento visual es diferente en cada una. Así ambos directores nos retratan mundos parecidos en visiones distintas.

A comparación de Días de Santiago, Zonca nos plasma una historia, en su mayoría, con encuadres fijos que nos hacen seguir el ritmo pausado de la historia, mostrándonos así con cautela cada detalle de la escena. Los planos cerrados, usados a lo largo del film, nos internan y nos aproximan más a las complejidades de los personajes, haciéndonos sentir sus emociones y miedos, sin perder estos de vista. A pesar de contar con pocos planos generales, las texturas de estos nos plasman, incluso, el mismo sentimiento de los personajes en un determinado momento. En La Vida Soñada de los Ángeles, también, vemos un gran uso del color, especialmente de colores intensos, como el rojo, naranja, azul, negro, etc., que nos matizan las realidades y sentimientos por los cuales atraviesan los personajes.

Por otro lado, Días de Santiago cuenta con una mayor cantidad de planos generales, que nos permiten observar las realidades más complejas de nuestro país, como asentamientos humanos, institutos y el propio caos limeño. Este último, es perfectamente trasmitido por el director a través del uso de grises, con los cuales no solo muestra el caos y desorden, sino también las frustraciones de Santiago.

Además, las tomas realizadas son mucho más largas que en La Vida Soñada de los Ángeles, con lo cual nos trasmite una desesperación al igual que el protagonista. Desesperación, que es acentuada con el uso de planos aberrantes en el desarrollado del film. Y una cámara que pareciera que no le importará la historia en sí, sino el personaje, tratando de adentrarse en sus pensamientos, es una cámara que sigue constantemente a Santiago, ya sea fijo o en movimiento, aproximándonos a la fragilidad mental de este personaje.

Finalmente, la composición y textura de la película se encuentran muy bien estructuradas, mostrándonos de una manera ejemplar esa Lima desordenada, caótica, confusa y con falta de oportunidades.